Es un hecho innegable que el estrés afecta negativamente a la salud del corazón. El estrés, que se produce en exceso tanto en términos de alegría como de tristeza, afecta negativamente a la salud del corazón al hacer que la hormona adrenalina se segregue repentinamente, que los latidos del corazón y la respiración se aceleren y que la presión arterial aumente. Por tanto, debido al aumento de la presión de la sangre en los vasos, puede provocar la formación o progresión de la arteriosclerosis (aterosclerosis). Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que el estrés puede provocar trastornos del ritmo cardíaco y aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos.
En términos generales, se puede decir que el estrés es un importante factor de riesgo de infarto y enfermedades cardiovasculares. Este riesgo aumenta aún más si el estrés va acompañado de tabaquismo, una dieta desequilibrada y una vida sedentaria que no incluya ejercicio.
Una vida lo más libre de estrés posible ayudará a proteger la salud del corazón. En este punto, es beneficioso contar con la ayuda de un médico especialista cuando sea necesario y realizarse revisiones cardiológicas para prevenir consecuencias negativas que puedan surgir en el futuro.